«… el edificio neoclásico se erguía imponente en el paseo de Recoletos. Cruzó la verja y subió las empinadas escaleras pasando junto a las estatuas de san Isidoro y Alfonso X…»
-El puente del tiempo, capítulo 13: Latitud-
Hay pocos lugares en Madrid en los que el silencio sea más elocuente. La Biblioteca Nacional de España es en un lugar mágico que acoge a lectores e investigadores que buscan sus propios sueños. Este templo del saber tiene sus orígenes hace más de trescientos años. Fue Felipe V quien en 1712 fundó la Biblioteca Real para fomentar el estudio y albergar los libros incautados a los nobles que apoyaban las pretensiones del Archiduque Carlos. Poco después, sus fondos se fueron ampliando debido a una Real Orden que obligaba al depósito legal de todas las obras impresas.
Obras palaciegas, restauraciones monárquicas y guerras, la empujaron por distintas ubicaciones hasta llegar a su emplazamiento actual en el madrileño paseo de Recoletos. El magnífico edificio que aloja la Biblioteca fue construido a finales del siglo XIX para albergar la Exposición Iberoamericana conmemorativa del cuarto centenario del descubrimiento de América. Al finalizar los fastos, se le dio nuevo uso como sede de la Bilioteca y Museos Nacionales.
Entre sus paredes se encierran verdaderas joyas bibliográficas, textos raros y antiguos, mapas, partituras, fotografías, innumerables documentos que son memoria de lo que fuimos y fuente de estudio para lo que queremos ser. En sus distintas salas se facilita el acceso a las innumerables referencias que conserva. Quienes necesitan consultar monografías y folletos guardados en los depósitos se dirigirán al Salón General, quien precisa investigar sobre manuscritos y textos antiguos tendrá que acudir a la Sala Cervantes, los que buscan información sobre bellas artes o música a las salas Goya y Barbieri, respectivamente. Pero sin lugar a dudas, el corazón de la Biblioteca es el Gran Salón de Lectura. Este espacio puede albergar a más de trescientos lectores y su atmósfera rezuma quietud y serenidad. Pupitres de madera, altos muros y paredes abarrotadas de libros ayudan a crear un entorno que favorece el estudio y la concentración.
Hoy la Biblioteca también mira al futuro, muchas de sus obras más importantes han sido digitalizadas y pueden consultarse a través de Internet. Además, cuenta con espacios dedicados a exposiciones en las que se ponen en valor muchos de sus fondos. La Biblioteca, en definitiva, es un tesoro que a todos nos pertenece y que presta un magnífico servicio a la cultura y la investigación.
Para saber más:
La Biblioteca Nacional de España en la Wikipedia